13 octubre, 2006

Ese lunar que tienes…

Aunque por mucho tiempo los lunares eran considerados como "adornos" naturales del cuerpo, ocasionados por una concentración de melanina, la cual da pigmento a la piel, estudios recientes indican que se trata de pequeños tumores inofensivos

Cada lunar es un pequeño tumor de células pigmentarias que inició su ruta hacia el cáncer y luego se detuvo, pues las células cesaron de dividirse. Este hallazgo ha sorprendido a los científicos, quienes ahora señalan que los lunares son un híbrido extraño en el espectro oncológico.

Son pequeños tumores benignos, es decir inofensivos, cuyas células están imposibilitadas para dispersarse por el cuerpo y matar a una persona, como en el caso de los llamados malignos. Sin embargo, comienzan a formarse de la misma manera que estos últimos, con un gen mutante que permite a las células proliferar libremente en el organismo.

Wolter J. Mooi, patólogo holandés del Centro Médico de la Universidad Vrije, afirma que los lunares "son tumores reales. Si sus células no dejan de crecer es muy posible que para la edad de 10 años no sólo se volverían enormes, sino que algunos de ellos habrían progresado hasta convertirse en melanomas malignos".

Pero los lunares no son los únicos tumores de su clase, pues los científicos sospechan que el mismo fenómeno ocurre dentro del cuerpo, donde pueden desarrollarse pequeños tumores que, por razones aún desconocidas, detuvieron su crecimiento de manera permanente y pasan inadvertidos para todo el mundo, pues nadie los busca, dado que no causan problemas, y son prácticamente indetectables, pues carecen de pigmento, a diferencia de los lunares.

"Apostaría hasta el último centavo a que nuestros cuerpos están llenos de estas cosas", dijo al respecto David E: Fisher, director del Programa Melanoma, en el Instituto de Cancerología Dana-Farber, en Boston.

El hallazgo resulta desconcertante, pues se trata de una célula que sufre una mutación al azar en uno de sus genes, misma que la coloca en el camino para convertirse en cáncer. Como resultado de ello la célula comienza a dividirse hasta que, repentinamente, todo el proceso se frena y queda en un pequeño tumor cuyas células no vuelven a dividirse jamás.

Los científicos afirman que la comprensión de ese proceso, que parece ser una respuesta natural del organismo para controlar las malformaciones cancerígenas, representaría buenas noticias en la búsqueda de soluciones médicas para este problema de salud.

"Parece sensato creer que existe ese mecanismo natural que nos protege una y otra vez, tal vez incluso de manera cotidiana contra el cáncer. Dada la cantidad de lunares que presenta la población, el comprender este sistema de defensa tan efectivo, podría resultar de gran ayuda para detener esta enfermedad", dijo Mooi. Y sí que es efectivo, según explicó Fisher, pues "los melanomas rara vez proceden de lunares. Más bien parecen formarse en otras células de la piel".

A pesar de que ya algunos investigadores habían sugerido la existencia de este proceso, la mayoría se habían mostrado escépticos acerca del mismo. Sin embargo ahora deberán cambiar su punto de vista, pues la investigación demuestra que este fenómeno explica no sólo la presencia de lunares, sino de pequeños tumores que se han encontrado en la glándula prostática de hombres.

La meta de los investigadores es encontrar el mecanismo responsable de controlar la división celular de los tumores cancerígenos, y forzar a los ya desarrollados a regresar al punto en que naturalmente deberían de haber dejado de desarrollarse y convertirse en lunares.

"De momento es sólo un prospecto que tiene un amplio horizonte en el futuro, y es imposible predecir cuándo o incluso si será posible que conduzca a un tratamiento efectivo contra el cáncer. De momento, ante los ojos de muchos científicos el descubrimiento representa una posibilidad real: es un tema muy explosivo con importantes implicaciones terapéuticas", dijo Pier Paolo Pandolfi, director del laboratorio de Biología Molecular en el Centro Oncológico Memorial Sloan-Kettering, de Estados Unidos. (Con información de The New York Times)

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