21 septiembre, 2006

Oración de una monjita inocente

Para Orar, todas las mañanas una monja iba por el parque caminando junto a un grupo de pupilas, cuando de repente divisó a la distancia a un hombre acostado en el piso completamente desnudo. Ella pensó que sus alumnas no debían ver ese cuadro y decidió sacrificar su pudor, sentándose sobre el hombre y cubriéndolo con su hábito. Al rato de estar sentada, se sintió "iluminada" y comenzó a orar:

Ay Santa Rosa, como se llama esta cosa
Ay San Arturo, parece que algo está duro
Ay San Fernando, siento algo que está entrando
Ay San Vicente, es algo caliente
Ay San Benito, esto si que es bonito
Ay San Rolando, siento que me estoy mojando
Ay Santo Tomás, ya no aguanto más
Ay Santa Eternidad, perdí la virginidad
Ay San Clemente, que no se entere la gente
Ay Santa Canuta, que lindo habría sido ser puta
Ay San Pancracio, que me lo saque despacio
Ay Madre Amada, ¿No quedaré preñada?
Ay San Formento, no vuelvo más al Convento

No hay comentarios: